El otro día fui a ver Kiltro, la semana anterior La Sagrada Familia y antes Fuga. Dedicada al estudio y a un día de la semana a ir al cine, apoyando al cine chileno, y esperando uno que otro estreno bueno y entretenido.
Me encantan el cine, a veces, se cuestiona tanto ciertas películas ya sean porque son muy marketeras o porque nos muestran escenas que a veces están alejadas de nuestra realidad pero al final, el cine es un reflejo de nuestra sociedad, de distintos segmentos que muchas veces horroriza y escandaliza y uno piensa que esas cosas no pasan a nuestro alrededor pero al final uno se sorprende de como los dobleces de la vida te muestra realidades tan disímiles en tu casa, en la de al lado o en la de la otra cuadra. Para mi, el cine es una forma de encontrarse con uno mismo y con el mundo que nos rodea de una manera distinta, más sublime incluso a veces más directa y penetrante, donde se produce un diálogo entre quien ve y el que muestra, un grado de complicidad dado por el silencio nuestro como espectador y la realidad subyacente en la pantalla. Y la opinió al final pasa por como te llega, como se te entrega y en que parada estás tu en ese momento, algo tan subjetivo, tan íntimo.
Retomando las películas que he visto ultimamente, solo puedo decir que bastante diferentes las tres. FUGA, no me gustó tanto. Mucho marketing, mucha promoción, encontré que la música era la raja que tenía una fotografía e iluminación muy buena. Alfredo Castro estaba notable, y Benjamín Vicuña estaba guapo, como siempre. Pero no salí del cine con esa sensación de cuestionamiento, de novedad, de instropección que a veces algunas películas han producido en mi, sino que más bien con un vacío, incertidumbre por algunas partes inconclusas, que a mi parecer un deficiente guión no dieron a entender bien ni siquiera para que el deambular de mi mente y de mi imaginación las resolvieran o inventaran.
Para Semana Santa fui a ver La Sagrada Familia. Me gustó. Me mareé. Me gustó lo simple, los pocos recursos, Nestor Cantillana, la Coca Guazzini. Me gustó porque si bien es una exacerbación de lo inescrupuloso que se puede llegar a ser, dentro de un marco de "sagrada familia", no tiene pretensiones a mi juicio ocultas. Quizá falta un profundización en las relaciones que se producen. No entiendo porque la Maca Teke nunca habla o como los tereceros personajes pasan muy rápido por la historia, siendo que sus historias también son muy potentes. Pero independiente de estos peros, me gustó, como se utilizaron los símbolos del Padre, la madre, el hijo, el pecado, etc. Sin duda, lo odiable que me pueda parecer la Paty Lopez, se relaciona más bien con el hecho de que ser Puty Lopez, está muy bien personificado, su papel, se lleva los aplausos y mi odio acérrimo. En fin, no soy crítica de cine , son mis humildes opiniones cuestionables y abiertas a todo tipo de comentarios.
Y por úlimo Kiltro. Me encantó. Jajajaja. La verdad no soy fanática de las películas de Artes Marciales, pero me gustó que fuera eso y no más. El protagonista me recordó bastante a esos compañeros de generación adictos al deporte, sobre todo al rugby cuyo tono de voz semejaba a un vacío neuronal, no quiero citar nombres, pero fue lo primero que se me vino a la mente en ese momento. La Cate Jadresic, en su papel de musa lo hace muy bien, porque sale muy linda y muy regia, en todo momento. Habla poco, y por lo mismo, está la sensación de que no busca ser una película con grandes pretensiones, más allá de las muy buenas escenas de artes marciales, y de uno que otro jocoso momento. De Patronato se ve poco, pero se escucha harto, y también aparecen unas imágenes muy cliches pero bastante lindas del paisaje nortino de nuestro país. Me reí muchisimo, la verdad. No hace falta decir que tiene unas citas a Kill Bill, aunque dista mucho de parecerse. Y hay que recalcar la poca empatía del protagonista que no es más que el doble de La Roca.